jueves, 14 de octubre de 2010

14 de Octubre de 2010 (II)

en turco, mar se dice Deniz. Los mares con los que tiene contacto Turquía son el Kara deniz (mar negro, de allí que muchos barcos, incluso el que governaba el capitán Haddock en los comic de Tintín, el karaboudjan), el marmara deniz (mar de mármara, ese mar que todo el mundo olvida en los exámenes de geografía europa por se miúsculo), Ege deniz (mar egeo), Ak deniz (mar mediterráneo, también tienen el Akbank o banco mediterráneo) y el que se monta cualquier día cuando llueve.

y es que estos días, más que llover, ha diluviado. El problema es que las calles no están preparadas para ese nivel de agua. Sólo algunas calles que se encuentran en el distrito de Pera (colina), es decir, en İstiklal Caddesi (la avenida de İstiklal, la que no duerme y en la que es imposible recorrer sin que nadie choque sus bolsas de la compra contigo) que están en cuesta están dotadas de una pequeña canalización abierta por donde transcurre el río que se forma todo lo que se precipita de forma kamikaze del cielo.

Por canalización abierta me refiero a esa baldosa con forma de teja invertida que acaba en un colector. Esos colectores, junto con los que hay en las entradas del metro, en las calles con pendiente son de los pocos que existen en İstanbul, ya que el resto de las calles aprovechan el recorrido del barranco natural que se va formando para evacuar el agua de lluvia al mar mediante esas canalizaciones anteriormente descritas.


llueve hasta hacia arriba.

el problema es que el agua a veces no quiere ir por allí y que eso tiene una capacidad limitada de canalización. De esta manera cuando llueve como estos días perfectamente podrías inflar una zodiac y desplazarte por las calles, porque como mínimo hay un mar de centínetro y medio de agua (si la calle es ancha)que lo habilita.

de esta manera, el recorrido de las vías del tranvía (que torna inoperativo con la cantidad de agua) se convierte en un arroyo improvisado a los pocos minutos de que comience este fenómeno natural, haciendo que involuntariamente me acuerde de Biescas (en concreto de su camping).

hoy he llegado a trabajar mojado hasta el bolsillo del pantalón, dado que los ríos que se forman, junto a la cantidad de agua que cae y la que amablemente te envían los coches que van circulando va depositándose en la acogedora tela de mi pantalón que llega a funcionar como un pluviómetro natural.


se nota el la diferencia de color y no es por usar un detergente barato si no que está mojada la parte de abajo.

Y así estoy, ahora mismo, con el pantalón chipiado (calado para los de fuera de la ribera del Ebro) pasando frío en las piernas ya que la calefacción del despacho no es suficiente para secarlos.

tengo calados hasta los calcetines (y eso que son de travesía ártica del Decathlon) así que me he quitado las botas debajo de la mesa y he puesto los pies encima del alimentador de corriente del portátil (que suelen dar calorcito) a ver si se secaban. No es que se hayan secado del todo. porque estaban muy húmedos, pero al menos se agradecía el calorcito.


y mañana más.

1 comentario:

  1. Tu pon los pies mojados encima de una toma de corriente en un país que no sabrán ni lo que es un diferencial... y ya veras que pelos mas majos se te quedan.. te saldrá humillo y todo

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